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El surf que marca

La moda se ha llevado por delante parte de la historia de este deporte. Desde los riders americanos hasta la actualidad han pasado 60 años. Un tiempo más que suficiente en las que las grandes multinacionales se han hecho con parte de la hegemonía de este “estílo de vida”.

 

Desde que los primeros riders americanos se alejaron de la vida oficial americana han pasado sesenta años. Los mismos que lleva el surf extendiéndose por todo el planeta. Un deporte de valientes conquistadores. Entonces, eran una especie de anarquistas del surf que sobrevivían sin trabajar para pasarse todo el día en la playa cogiendo olas, haciendo hogueras y robando frutas y verduras en las fincas para poder comer. Surfistas de la talla de Mickey Dora o Greg Noll, que luego se convertirían en grandes de este deporte. Pero todo cambia. A medida que fue transcurriendo el tiempo, los surferos con mentalidad empresarial y entusiasmo abrieron las primeras tiendas en California y Hawaii. También llegaron los primeros shapers.


Hoy, el surf es un estilo de vida. Los jóvenes riders parecen sacados directamente de las revistas de surf, llevan sus gorras, pantalones y camisetas de marca, y seguramente no practiquen surf, y ni siquiera hayan oído hablar de lo que es una quilla o un invento. El culpable es el negocio de las marcas que ha venido creciendo a nivel global. Un negocio que ha venido de la mano de un grupo de marcas de indumentaria y accesorios para este deporte nacidas en Australia. Donde un día comenzó todo. Aunque en los últimos años las compañías han tenido que buscar alternativas financieras. ¿La razón? Los cambios de hábitos de los consumidores que se empezaron a volcar por etiquetas menos famosas. Menos postureo. Rip Curl, Billabong y Quiksilver optaron por buscar auxilio financiero en los mercados de capitales con la emisión de acciones en las bolsas. La moda había cambiado de bando.

 

                                                                                                                                     

 

 

Joana Aguirre, de la tienda donostiarra Indie Basque Surfing, tiene claro que la esencia del surf se ha ido perdiendo en los últimos años debido a las grandes marcas que venden el surf como estilo de vida. Aguirre tiene claro que el surf no es un estilo de vida que se plasma en las marcas de ropa de surf como seña de identidad de un grupo social. Es algo más que eso. Un surfero para entrenar no necesita ropa cara de marca, necesita una tabla de surf, unas quillas, un invento y un buen neopreno. La moda de las marcas no tiene nada que ver con el deporte, aclara la dueña de este pequeño establecimiento. Nosotros vendemos ropa surfera porque creemos que existe esa moda, pero lo vendemos a un precio asequible y hecho aquí, que eso siempre es un plus. Pero lo que está claro es que como en la música, el arte, la vida cotidiana y cualquier ámbito en el que nos movamos, siempre habrá esta eterna lucha entre los que quieren avanzar y los que prefieren conservar. Pero realmente se puede decir que el surf está corrompido por el mercado a consecuencia lógica del mundo en el que vivimos y que demanda “moda” por los cuatro costados.

Foto: Indie Basque Surfing

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